Los
miembros de la misma aprobaron un documento en el que instan a las
administraciones públicas canarias “garantizar unos servicios culturales
básicos” y “apoyar las iniciativas culturales privadas de interés”
La
primera Asamblea Ordinaria de la Asociación Canaria de Profesionales de
la Gestión Cultural, eligió en la mañana de hoy, sábado día 26 de
noviembre, en la Casa de Colón de Las Palmas de Gran Canaria, la junta
directiva que durante los cuatro próximos años regirá los destinos de la
mencionada asociación, integrada por técnicos de la administración
pública y del sector privado de las islas. Antonio Ramos Murphy fue
designado presidente de la asociación, al que acompañan en distintos
cargos de responsabilidad Pilar Martínez, Mario Silva, Humberto Tavío,
José Luis Rivero, Carmen Gloria Rodríguez, Jerónimo Cabrera y Marcelino
Martín.
La asociación aprobó la junta directiva y su programa de trabajo de su primer año de gestión. Además, los miembros de
la asociación dieron por bueno en su primera asamblea celebrada en la
Casa de Colón del Cabildo grancanario, el texto de una declaración que
pone en valor la cultura “como elemento estratégico para la articulación
de la comunidad al menos en una triple dimensión: cohesión social,
crecimiento económico y calidad de vida”.
El documento aprobado asimismo apunta
que los profesionales de la gestión cultural de Canarias integrados en
esta nueva asociación, se proponen “contribuir a replantear los modelos
que ha regido las políticas culturales en los últimos lustros” y definir
sus responsabilidades futuras.
La
Asociación Canaria de Profesionales de la Gestión Cultural decidió
formalizar su adhesión a la Federación Nacional de Asociaciones de
Profesionales de la Gestión Cultural, la celebración de dos foros
profesionales durante el próximo año en las Islas y la puesta en marcha
de las distintas comisiones que de forma inmediata empezarán a trabajar
en aspectos como la definición del perfil profesional de las personas
dedicadas a la gestión cultural en Canarias.
La asociación, que mantiene
una importante cuota de implantación en las islas de Gran Canaria,
Lanzarote, Tenerife, avanza en el documento aprobado que “la formación y
la profesionalización cultural deviene en un factor estratégico para
maximizar el impacto de la cultura”. La asociación intentará superar la
atomización del sector cultural en Canarias, su escaso desarrollo
tecnológico, así como su baja capacidad competitiva y su excesiva
dependencia de los recursos públicos.
El
documento aprobado por unanimidad insta a las administraciones públicas
canarias a “garantizar unos servicios culturales básicos, democráticos y
de calidad, y a fomentar y apoyar las iniciativas culturales privadas
de contrastado interés cultural para la ciudadanía”.
Finalmente,
el texto apunta que la Cultura puede contribuir a emerger
satisfactoriamente de la crisis como palanca de activación económica de
procesos de innovación y desarrollo de otros sectores productivos.
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